He de decir que estaba bastante intrigada con esta boda. Nunca había hecho una boda en Pony Aventura y desde luego que no tenía ni idea de que esperar. Hablando con el videógrafo, el tampoco había trabajado en este sitio así que fuimos un poco con la idea de a ver que nos íbamos a encontrar. Pues bien, lo que nos encontramos fue a un novio con una sonrisa que iluminaba toda la habitación y una novia que no tenía un vestido… ¡sino dos! La verdad que en estos tiempos que corren nunca se bien si podré celebrar una boda o si se cancelará a escasos días antes de la fecha, así que me llena de súper-felicidad por cada pareja que puede darse el sí quiero. Andrea y Andrés: muchas gracias por dejarme ser testigo del amor que tenéis el uno hacía el otro y de como hacéis que cada día valga la pena. ¡Enhorabuena!